Descubrí las prácticas narrativas al azar, durante un curso de coaching de orientación educativo para jóvenes, que seguí en París.
En ese curso, se propuso el árbol de vida como una herramienta más para animar a los jóvenes a hablar de sí mismos.
Rápidamente me di cuenta de que el enfoque narrativo es mucho, mucho más que una mera herramienta de trabajo. Es una filosofía militante de vida.
Para mí, adoptar la postura de las prácticas narrativas, es dejar su traje de “sabio” para descubrir, con asombro y apertura de miras, las historias, las estrategias diarias y únicas de las personas pues ellas son las mejores expertas de sus propias dificultades.
También es ayudar a ver que, en una vida, hay muchas historias de vida y que, decidiendo dar voz dominante a una historia preferida, la historia del problema que absorbe, invade u oculta toda la identidad, pasa a ser una historia entre otras, coexistiendo con otros bonitos y magníficos relatos.
La persona puede entonces recordar y volver a conectarse con lo que es importante para ella, confiriéndole una identidad única independientemente del problema. Vuelve a ser el autor de su vida.
Las prácticas narrativas no se orientan hacia soluciones predeterminadas. Privilegian un acompañamiento “Identidad propia – referencia valiosa – puesta en marcha”.
Anclan nuestra identidad en el presente, extrayendo fuerza de nuestras acciones del pasado y estableciendo las historias de aventuras futuras, invitando siempre cuando es posible el testimonio de personas que forman parte de nuestras vidas.
Desarrollado en Australia y Nueva Zelanda por Michael White y David Epston, el enfoque narrativo lleva al profesional acompañante a adoptar una postura sin prejuicios y de pleno respeto, colocando el saber hacer y el saber estar del cliente en el corazón del acompañamiento.
Utilizado en la terapia, el trabajo social, el coaching, la medicina y otras formas de acompañamiento de individuos, grupos, equipos y comunidades, el enfoque narrativo posiciona a las personas como expertas de sus vidas.
Estas prácticas también dejan un sitio fundamental a las palabras, la poesía del día a día.
¡Y eso me gusta!
A gateway to narrative therapy & community work
Trabajador social
australiano
Trabajador social y terapeuta familial
neozelandés